Lóbulo rasgado

El lóbulo rasgado es un problema frecuente por el uso constante de pendientes pesados. Este peso excesivo produce la elongación del lóbulo auricular y el orificio del pendiente va progresivamente haciéndose más grande. Además, este deterioro se ve favorecido por la edad, ya que con los años los tejidos van perdiendo elasticidad y fuerza.

En otras ocasiones, el lóbulo rasgado es secundario a un desgarro accidental. Esto sucede especialmente en aquellas personas que no se quitan nunca los pendientes. Las pequeñas tracciones del día a día que se producen al dormir o cambiarnos de ropa, van desgarrando poco a poco el lóbulo.

Igualmente, este problema puede ser consecuencia del uso de pendientes dilatadores. Con cierta popularidad, estos dispositivos permiten aumentar el orificio del lóbulo de forma gradual consiguiendo su deformación, en algunos casos extrema.

Si el lóbulo está totalmente rasgado, la solución consiste en una cirugía mínimamente invasiva para reconstruir el lóbulo. La cicatriz resultante es una línea prácticamente imperceptible  que se disimula en los pliegues de la oreja. Es un procedimiento rápido y sencillo, con un mínimo riesgo de complicaciones. 

Si el lóbulo está solamente elongado, ha perdido la turgencia por la atrofia de los tejidos o tiene un desgarro parcial, puede ser suficiente con infiltrar una pequeña cantidad de ácido hialurónico. Esta infiltración no tiene como objetivo hidratar, sino que nos permite rellenar la zona periorificial. Así, no solo mejoramos el soporte sino que también restablecemos la firmeza del lóbulo.

Tratamiento del lóbulo rasgado

Es necesaria una valoración médica individualizada para determinar el tipo de reconstrucción mas indicado en cada caso. 

La lobuloplastia, es una cirugía sencilla de unos 30 minutos de duración. Esta intervención se realiza de forma ambulatoria bajo anestesia local.

La infiltración de ácido hialurónico se realiza en la consulta. Es un procedimiento rápido, y prácticamente indoloro. No requiere de preparación previa ni curas posteriores.

Postratamiento

Tanto en caso de cirugía, como en caso de ácido hialuróncio, podrás incorporarte de inmediato a tus tareas cotidianas. 

En el caso de la lobuloplastia, llevarás unos puntos muy finos en el lóbulo. Estos puntos se retiran a la semana de la intervención. Sin embargo, para realizar un nuevo agujero hay que esperar un mes desde la cirugía. De esta manera, daremos tiempo a que la herida cicatrice correctamente.

El nuevo agujero es recomendable hacerlo a unos milímetros del agujero original. Así, evitaremos nuevos desgarros ya que la cicatriz siempre es una zona de mayor debilidad.

En el caso de infiltración con ácido hialurónico no es necesario ninguna cura ni cuidado especial. Podrás volver a utilizar pendientes con normalidad a los tres días del tratamiento.