¿Me puedo operar en verano?
Es una creencia muy extendida pensar que el verano es una mala época para someterse a una cirugía estética. Esto es debido a la mayor radiación solar y las elevadas temperaturas que caracterizan estas fechas.
Sin embargo, operarse en verano tiene ciertas ventajas. En los últimos años, hay una mayor demanda en la época estival, y se ha convertido en la fecha preferida para cada vez un mayor número de pacientes.
Mitos sobre la cirugía en verano
Antes de empezar con las ventajas y limitaciones que supone realizarse una intervención de cirugía plástica en verano, vamos a desmontar algunos mitos que circulan sobre este tema y que nos llegan muy frecuentemente a la consulta.
Uno de los más populares es que el tiempo de recuperación se alarga en verano. Sin embargo, esto no es cierto, ya que en todas las estaciones del año la recuperación dura exactamente lo mismo.
Los factores que mayor peso tienen en la duración de la recuperación son el tipo de paciente y el tipo de cirugía que se haya realizado en cada caso concreto, puesto que cada paciente tiene sus particularidades. Por ejemplo, puede haber un retraso en la cicatrización en personas que sean fumadoras o padezcan diabetes.
Otro de los mitos más comunes tiene relación con el tema del sudor, y si aumenta el riesgo de infección de las heridas. No existe ninguna evidencia científica que demuestre un riesgo de infección en las heridas quirúrgicas mayor asociado a la sudoración, de hecho las glándulas sudoríparas participan en el proceso de reparación cutánea.
Lo que sí es cierto, es la importancia de seguir los cuidados y curas que nos indique nuestro cirujano. Ya que en verano se suda más, y hay que tener un especial cuidado para mantener las heridas limpias y secas.
Ventajas de operarse en verano
Las principales ventajas que tiene operarse en verano tienen mucho que ver con que sea la época en la solemos contar con unos días de vacaciones.
En primer lugar, porque es lo más importante desde el punto de vista médico y lo que más puede influir a lo hora de conseguir los mejores resultados, es el poder contar con un mayor tiempo de recuperación.
En verano, muchas personas disponen de días de vacaciones, lo cual permite una recuperación tranquila y pausada. Como en cualquier procedimiento médico, los tiempos son orientativos y cada persona lleva un ritmo. Por ello, contar con unos días más de tiempo para la recuperación nos ayudará a afrontar el proceso más relajadamente.
La segunda gran ventaja de la estación estival es poder dotar a todo el proceso de la mayor discreción e intimidad posible. No tener que dar ninguna explicación sobre el procedimiento supone una gran ventaja que muchos pacientes agradecen enormemente.
Al evitar tener que pedir una baja médica o tener que ausentarse de ciertas citas profesionales, familiares o sociales, se evita tener que dar explicaciones y exponerse a preguntas que puedan resultar incómodas.
Finalmente, otro punto a favor del verano es que utilizamos menos prendas para vestirnos y además son más livianas. Dado que nuestra ropa puede ser más holgada y en tejidos frescos como el algodón, la zona intervenida se mantendrá más aireada y será mucho más llevadero a la hora de vestirse y desvestirse los primeros días.
Inconvenientes de la cirugía en verano
A pesar de ser, generalmente, la época con mayor tiempo disponible, existen algunos inconvenientes que hay que tener en cuenta si estás pensando realizar una cirugía estética en la época estival.
La principal desventaja es sin ninguna duda la exposición solar, ya que en esta época del año la radiación solar es más fuerte y puede general alteraciones en la pigmentación afectando al resultado estético final. No sólo debemos proteger las cicatrices de la exposición solar sino todas las zonas donde exista inflamación.
En concreto, en verano debemos evitar las cirugías que afecten al rostro, ya que la cara es la zona más difícil de cubrir. Por ello, si las incisiones se localizan en la región facial, es preferible esperar al otoño.
También si se tienen planes de realizar ejercicio intenso o actividades acuáticas. Si el paciente tiene planificada alguna actividad que implique el esfuerzo físico intenso, o tiene pensado realizar actividades que impliquen el contacto con el agua, como en el caso de balnearios o piscinas, es preferible posponer la cirugía.
No es recomendable realizar estas actividades en las dos semanas siguientes a la operación. Además, en función de la evolución de cada paciente y del tipo de cirugía, puede ser necesario más tiempo.
En cuanto a las cirugías corporales y mamarias, el uso de las prendas postoperatorias como fajas y sujetadores, nos protege de la exposición solar. No obstante, nos darán más calor, y por ello es más llevadero su uso en meses más fríos.
Planifica tu cirugia
En resumen, podemos decir que cualquier época del año es adecuada para realizar una operación de cirugía plástica. Lo más importante es una planificación adecuada y personalizada de cada caso concreto.
En mi opinión, la mejor época del año para la cirugía es aquella en la que se pueda disponer del tiempo necesario de recuperación y cumplimiento de los cuidados postoperatorios, que son tan importantes como la propia cirugía.