Covid-19: Tiempos difíciles en gestión emocional
Supongo que no soy la única a la que esta pandemia ha cogido desprevenida. Por eso es importante hablar de gestión emocional.
Estabamos tan inmersos en nuestras ajetreadas vidas que no podíamos ni imaginar lo que estaba a punto de suceder. Ya que por primera vez en nuestra vida, todo se ha detenido, proyectos, planes, trabajos, fiestas…
Lo que al principio fue desconcierto por esta brusca interrupción de nuestra rutina, se fue transformando en incertidumbre, ansiedad y preocupación por la gravedad del problema.
¿Cómo hacer una buena gestión emocional?
Las emociones se van acumulando según pasan los días y las prórrogas… y nos pasa factura. A todos nos afectan en mayor o menor medida.
Y sobre cómo nos afecta a nosotros, afecta también a los que están a nuestro lado. Por ello es importante que seamos conscientes y pongamos en marcha los mecanismos necesarios para una adecuada gestión emocional de todo este estrés.
Puede ser un enorme reto no sentirse triste y estar abatido por las noticias que nos llegan diariamente sobre las cifras de enfermos y fallecidos, conocemos personas afectadas o lo estamos nosotros mismos. Sin embargo, es fundamental tener una actitud positiva.
Por muy mala que sea ahora la situación, va a pasar. Tenemos ejemplos de otras pandemias que se han superado.
Y si algo que es seguro es que todo pasa
La gestión emocional positiva es un reto que nos va a supone un gran esfuerzo. Es mucho más difícil que dejarnos invadir por la sensación de irrealidad. Pero es necesario.
Según algunos estudios la ansiedad, la ira, la frustración, el miedo o el insomnio se pueden prolongar entre cuatro y seis meses después de una cuarentena. Síntomas de estrés postraumático o un abuso de alcohol o drogas hasta tres años más tarde.
Para evitar estas secuelas hay que trabajar ahora, y aunque soy la primera que algunos días se deja llevar por la desesperación y el desánimo, os animo a todos a hacer un esfuerzo para cumplir las siguientes recomendaciones para tratar de sentirnos mejor.
Con una buena gestión emocional, podemos salir fortalecidos de esta situación y contar con nuevas herramientas y recursos para afrontar otras situaciones difíciles que se puedan presentar.
Evita pensamientos negativos
¿Qué va a pasar? La incertidumbre genera un miedo terrible. Estamos asustados porque no sabemos lo que va a pasar y solemos ponernos en el peor escenario posible.
Trata de no pensar en las consecuencias que va a tener la crisis puesto que solo generará pensamientos tóxicos.
Si te cuesta controlar estos pensamientos y no puedes sacar estas ideas negativas de la cabeza, evita leer el periódico, mirar o escuchar las noticias.
La cantidad de información que nos llega puede desbordarnos y ser perjudicial. Prioriza la calidad de la información y no la cantidad. Es importante no contribuir a difundir bulos, noticias falsas o alarmistas. Alimentan nuestro miedo y el de los demás.
Las redes sociales no siempre ayudan. No puede ser que personas sin ningún conocimiento sobre medicina, epidemiología o gestión de crisis aprovechen las redes sociales, para criticar, generar confusión y alarma.
Crea una rutina y lo mas difícil, cúmplela
Descansa
Intenta que la rutina diaria incluya un descanso razonable, a ser posible con un horario estable. La «National Sleep Foundation» recoge en un cuadro las horas de descanso recomendadas que pueden ser apropiadas, en adultos lo ideal es entre siete y nueve horas.
Al igual que una buena dieta y ejercicio, el sueño es un componente crítico para la salud en general
La falta de actividad física y la menor exposición a la luz natural afectan a nuestros patrones de sueño. El insomnio es frecuente y en ocasiones nos levantamos más cansados porque no tenemos un sueño reparador.
Procura mantener la temperatura, sonido y luz ideales en la habitación. Evita sustancias estimulantes como el café y las bebidas energéticas. Por la noche, evita usar dispositivos electrónicos en la cama, ya que son luces externas que nos pueden afectar.
Muévete
Es importante y muy beneficioso incluir en nuestra rutina diaria algo de ejercicio físico o estiramientos. Por ejemplo, subiendo y bajando escaleras, paseando por los pasillos o terrazas, haciendo abdominales, sentadillas o estiramientos. Las tareas domésticas también nos ayudan a movernos aún más.
Cualquier actividad física es válida siempre y cuando se adecúen a las características físicas de cada uno, en función de la edad y las condiciones de cada persona.
Come bien
En cuanto a la dieta, no hay nada especial que sea mejor en la cuarentena. Las recomendaciones deben ser las mismas de siempre: una alimentación sana, variada y equilibrada.
No obstante, como nuestra actividad física ha disminuido debemos intentar disminuir un poco el consumo de calorías. Y por supuesto evita el consumo de alcohol y drogas.
Diviértete
Trata de buscar actividades que te hagan disfrutar o haz una lista de todas esas cosas para las que nunca encontrabas tiempo: leer, escribir, organizar fotos, disfrutar de un buen café, pasar tiempo con la familia, cocinar, mejorar el inglés, planificar las próximas vacaciones…
La lista es infinita.
Comunicate y forma parte de la comunidad
Expresa tus sentimientos. Habla del tema con conocidos y familiares de manera realista y adaptada a su nivel de comprensión. Es importante estar conectado con los seres queridos. Pero no dejes que este sea el único tema de conversación en el día.
Ayuda a los que te rodean a tener una actitud más optimista y calmada. Intenta motivarles y animarles.
Saluda a tus vecinos o súmate a iniciativas como los aplausos en los balcones. Te ayudará a no sentirte solo y conectar con los demás. Somos parte de un conjunto, todos estamos viviendo esta experiencia, y lo vamos a superar juntos.