Protección solar ¿Lo estoy haciendo bien?
A pesar de la enorme importancia que se le ha dado en las últimas décadas a los riesgos derivados la exposición solar, una gran parte de la población sigue sin utilizar de forma correcta la protección solar. Según un estudio de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), solo el 42,2 % de la ciudadanía se aplica protección en el rostro cuando realiza actividades cotidianas al aire libre en verano, mientras que el 20,4 % asegura no usar ninguna protección.
El sol tiene beneficios sobre nuestra salud, sin embargo la dosis necesaria para alcanzarlos es mínima y se puede conseguir con una protección solar adecuada.
Vamos a analizar los principales mitos sobre el protector solar para que este verano no haya excusas para usarlo correctamente.
Efecto del protector solar en el bronceado
Una de las principales razones de estos malos hábitos solares es que la sociedad actual asimila el color bronceado de la piel con un estado saludable y favorecedor, sin ser consciente de que es justo lo contrario.
El bronceado es el resultado de la defensa de nuestro cuerpo al daño solar produciendo melanina.
Diversos estudios han demostrado que la cantidad de radiación solar necesaria para poner en marcha estos mecanismos de defensa y broncear nuestra piel es muy baja y se consigue tras unos segundos bajo la radiación del sol. Por ello, aunque utilicemos protección solar, vamos a broncearnos ya que ningún protector solar ofrece una protección total.
La protección solar por tanto no impide que nos pongamos morenos, pero si evita las quemaduras y los efectos adversos que a largo plazo provoca la radiación solar en nuestra piel y organismo.
Protección solar y vitamina D
Otro de los argumentos más frecuentes entre aquellos que prefieren no usar protección solar es la necesidad de absorber vitamina D.
Los beneficios de la vitamina D son incuestionables, no obstante, diferentes estudios han demostrado que el uso de protector solar no compromete la síntesis de vitamina D ya que se necesita muy baja dosis de radiación para su síntesis y la protección solar aunque utilicemos filtros solares de alto índice, nunca estamos al 100% protegidos.
El protector solar hace que sude mas
La mayoría de protectores solares son en crema. Esta textura puede dejar la piel pringosa hasta que se completa su absorción y eso puede aumentar la sudoración.
Esta es la excusa por excelencia de la mayoría de hombres, a los que en general no les gusta ponerse crema y la solar no es una excepción.
El aumento de sudoración con las cremas también supone un importante problema cuando utilizamos la protección solar para hacer deporte al aire libre, momento en el que la piel está muy expuesta ya que puede coincidir con las horas de mayor radiación, o en personas que trabajan en exteriores, cuya exposición va a ser durante periodos prolongados de tiempo.
Para evitar esto, han surgido protectores solares con una textura muy ligera de rápida absorción que no dejan residuo y además son muy resistentes al agua o al sudor.
Gracias a esta textura más ligera, es más cómoda su aplicación, lo que agradecen enormemente aquellas personas con mayor cantidad de vello, ya que además de dificultar la distribución de la crema, tienen una mayor sudoración.
Los 10 errores más frecuentes con la protección solar
1. Los días nublados y en invierno también estamos expuestos a radiación solar. El 90% de la radiación UV puede penetrar las nubes.
2. No beber abundante agua y zumos durante y tras la exposición solar dificulta los mecanismos termorreguladores fisiológicos y la reposición de la pérdida de líquidos
3. Evitar el uso de colonias, perfumes y desodorantes ya que pueden causar reacciones de fotosensibilización y manchas cutáneas.
4. Evitar las pulverizaciones de agua, eliminan el fotoprotector y las gotas de agua que quedan sobre la piel actúan como si fuesen una lupa ampliando los efectos negativos de las radiaciones.
5. El factor de protección de una camiseta básica de algodón corresponde a un SPF de 4. Por ello no ofrece una protección completa.
6. Cuidado con las zonas olvidadas: Orejas, empeines, detrás de las piernas y zonas al borde del traje de baño. Muy importante la protección del cuero cabelludo cuando se es calvo o se tiene poco pelo, ya que la cabeza es la zona más expuesta.
7. Los labios también se queman. Si se tiene cierta predisposición a experimentar herpes labial hay que extremar las precauciones, ya que una excesiva radiación puede facilitar un brote herpético.
8. Los filtros solares tienen fecha de caducidad, y pierden eficacia si el producto se usa caducado, que suele ser unos 6 meses. Tira los protectores de un año a otro si quieres mantener su eficacia.
9. El protector solar se debe aplicar al menos 30 minutos antes de ponerse al sol y repetir cada dos horas. Cada 40 minutos, si nadas o sudas de forma abundante.
10. El Factor de Protección Solar (FPS) es el tiempo máximo que puedes estar expuesto al sol sin quemarte. De forma que un protector con FPS de 50 no ofrece una protección más intensa que una crema con FPS de 30, sino que te protege durante más tiempo.