¿Tengo lipedema? Claves para saberlo
El lipedema es una enfermedad muy poco conocida por la población general, pero también es un gran desconocido para muchos profesionales sanitarios.
Aunque fue descrita en los años 40, no ha sido reconocida por la OMS hasta el año 2018 cuando la incluyó en la clasificación CIE-11 como trastorno del panículo adiposo (EF02.2 Lipoedema).
Hasta este momento su existencia era discutida y con frecuencia se confunde con la obesidad. Es ahora cuando empezamos a tener una mejor evidencia científica sobre esta enfermedad, su evolución y las opciones para su tratamiento.
¿Qué es el lipedema?
- Es un trastorno crónico que afecta al panículo adiposo.
- Afecta sobretodo a las piernas (caderas, muslos, rodillas, pantorrillas y tobillos), aunque puede afectar también a los brazos. NO afecta a manos, pies ni al tronco.
- Afecta casi exclusivamente a mujeres.
- El dolor es el síntoma principal, sobretodo al tacto. Empeora con el calor y por las noches.
- En estadíos iniciales los síntomas son pesadez de piernas y aumento de grasa de forma desproporcionada (en las piernas se acumula mucho más que en el tronco, un 30% de las pacientes también tendrán esta desproporción en brazos).
- No se conoce su incidencia real, aunque se estima en torno al 10- 20% de la población femenina. Muchos casos no están diagnosticados y con frecuencia se confunde con la obesidad.
- No mejora con la dieta. Aunque es muy importante llevar un estilo de vida saludable para el control de la enfermedad, las dietas hacen más evidente la desproporción ya que se pierde sobretodo grasa del tronco mientras que el lipedema persiste.
¿Cómo combatir el lipedema?
El lipedema es una enfermedad crónica, es decir no existe un tratamiento curativo por lo que va a acompañar al paciente de por vida.
Sin embargo, con un tratamiento adecuado se puede frenar la evolución de la enfermedad y reducir la clínica. Como en cualquier otra enfermedad, es importante el diagnóstico precoz, ya que en estadíos iniciales es más fácil controlar la enfermedad y reducir el alcance y las posibles consecuencias del lipedema.
En el lipedema, ni las dietas, ni los ayunos, ni el ejercicio intenso ofrecen el éxito deseado. La reducción de grasa no se produce en las zonas afectadas sino que el peso se pierde de las partes “sanas” por lo que se acentúa la desproporción.
Tratamiento conservador: Terapia descongestiva
Es el pilar fundamental en el tratamiento del lipedema.
Combina diferentes enfoques de tratamiento como las prendas de compresión, el drenaje linfático manual, el ejercicio y los cuidados personales.
Su principal objetivo es reducir el dolor, y evitar en la medida de lo posible la progresión de la enfermedad.
Tratamiento quirúrgico: Liposucción
En el tratamiento del lipedema, la liposucción nos ayuda a eliminar de forma efectiva los depósitos de grasa, para corregir la desproporción que produce la enfermedad consiguiendo una figura más armoniosa.
La liposucción aspira la grasa del panículo adiposo mediante unas cánulas que se introducen por unas incisiones muy pequeñas (2-3 mm) por lo que las cicatrices son prácticamente imperceptibles.
Aunque estas cicatrices sean muy pequeñas, la liposucción no es una cirugía banal, siempre debe ser llevada a cabo por un Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora en un quirófano con las condiciones de asepsia y equipación adecuadas.
En el tratamiento del lipedema, el volumen de grasa que se aspira suele ser muy grande, superando con frecuencia los 5 litros. Por ello, este tipo de cirugías deben ser llevadas a cabo bajo anestesia general y siempre en régimen de hospitalización. Una vigilancia estrecha las primeras horas es fundamental para detectar posibles complicaciones.
Otra particularidad de la liposucción en pacientes con lipedema es que suelen ser necesarias varias liposucciones para obtener los resultados esperados. Debido al gran tamaño de estos depósitos, no es seguro en la mayoría de casos aspirar toda la grasa en un sólo tiempo quirúrgico. Si la piel es muy flácida, puede ser necesario combinarla con otros procedimientos para eliminar el exceso de piel.
¿Cómo prepararme para la cirugía de lipedema?
Haz ejercicio, además de tonificar vas a necesitar toda esa fuerza para la recuperación tras la cirugía.
No es conveniente realizar una dieta estricta antes de la cirugía. Las proteínas son necesarias para el proceso de cicatrización, mantén una alimentación saludable.
Hidrata tu piel, una piel hidratada es una piel sana y se recuperará mucho mejor de la cirugía.
Ten unas expectativas realistas de los resultados y del proceso de recuperación tras la cirugía. Es normal sentir cansancio, molestias y una importante limitación y dependencia los primeros días. Por ello, es muy importante estar acompañado en estos momentos iniciales del postoperatorio.
Especialmente en casos de anemia, consulta con tu médico la posibilidad de empezar a tomar hierro oral antes de la cirugía.
¿Cómo prepararme para el postoperatorio de lipedema?
Vas a necesitar drenajes linfáticos manuales después de la cirugía. Lo ideal es empezar de forma precoz con 2-3 sesiones a la semana.
Ten toda la medicación preparada para cuando llegues a casa después del alta hospitalaria.
Durante el primer postoperatorio vas a llevar una faja compresiva que ayudará a controlar la inflamación, y reducirá el riesgo de sangrado. Además va a contribuir a que la piel se adapte mejor a su nuevo contorno previniendo el seroma.
Es conveniente realizar paseos para favorecer la circulación y así acelerar la reabsorción del edema provocado por la inflamación.
El reposo debe hacerse con las piernas elevadas para evitar el edema.
Las áreas liposuccionadas estarán hinchadas y con hematomas. También se puede tener una sensación de quemazón. Desaparecerán gradualmente durante el primer mes, aunque no tendremos el resultado definitivo hasta los 6 meses.
Si piensas que puedes padecer lipedema, es importante consultar con un especialista. Un diagnóstico precoz es importante para garantizar un tratamiento óptimo y poder retrasar el avance de la enfermedad.